lunes, 28 de mayo de 2012

LA CUERDA Y OTROS DEFECTOS




Cuando se termino la construcción de la parroquia, en cantera rosa, no falto quien pusiera reparos a la obra. El primero en hacerlo fue el lugarteniente de cura quien, al decir misa de ocho, se molestaba por unos rayos de sol que caían directamente al misal cuando leía el evangelio. Expresarlo públicamente fue suficiente para que unas beatas se pasaran toda la mañana intentando sacar el sol en chiquihuites.

Apareció otra deficiencia que daba al traste con la belleza de la cúpula en la cual, según tradición, se uso leche en vez de agua para hacer la mezcla: una cuerda había quedado colgado de la linternilla. Como ya no quedaba un solo andamio el problema parecía irremediable. Entonces hablo resuelto un vecino de la otra banda:

-ya que ustedes no pueden, yo me comprometo a quitar la soga.
Y ante el asombro de todos, empezó a subir por la propia cuerda.

Los presentes ni pestañeaban siguiendo su hábil ascensión. Cuando hubo llegado hasta la argolla que sostenía la cuerda, extrajo del cinto un cuchillo y grito:

-¿desde donde la corto?
Nadie atinaba a decir la palabra y solo un eco de la pregunta aun vibraba bajo las bóvedas.
-¡pegadito! –grito algún impaciente.
Y tras del trajo del cuchillo, se comprobó que también en lagos regia la ley de gravitación universal…

lunes, 21 de mayo de 2012

EL SUCESOR DEL ALCALDE




A punto de terminar lo que hoy llamaríamos “gestión administrativa”, don diego planteo al vecindario el problema de sucesión en el ayuntamiento. Y como desde que el mundo es mundo, surgieron bastantes y buenos vecinos dispuestos a servir. Los días corrían y con mayor vehemencia todos los aspirantes aducían razones de merecimiento.

Don diego debió medir mucho el camino a seguir, ya que su decisión a nadie inadecuada. El día fijado para el evento trazo una línea con cal desde el otro lado del rio y, puestos en guardia todos los pretendientes, a una detonación de trabuco partieron a toda carrera para que el primero en llegar a la puerta mayor de la parroquia fuese nuevo alcalde.

¡Lástima de tan sana intención por una parte y de sudorosos esfuerzos por la otra! Un paciente jumento, que pastaba en un solar vacío, al disparo del arma y al tropel de los aspirantes, espantado y tirando coces fue el primero en llegar a la parroquia…
… y aquí la conseja no se ensaña más contra los de lagos en general y contra don diego en particular: calla el desenlace que debió tener este problema verdaderamente insoluble.


lunes, 14 de mayo de 2012

LA VISITA PASTORAL



Su ilustrísima, el señor obispo de Guadalajara, anuncio su llegada al siguiente día a lagos. Un propio venido de san Juan, diacono ya tonsurado, así lo hacía saber a medio pueblo. Era una visita que tenía, además de rigurosa finalidad espiritual, el propósito de que el nuevo pastor conociera a su rebaño. Y como estaba recién preconizado y venia de otras tierras, solamente conocía, por regocijadas referencias, la floreciente población.
Desde muy temprano andaban las gentes en movimiento. En las esquinas, a lo largo de la calle real, colocaban arcos triúnfales con pino traído de comanja. En puertas y ventanas colgaban cortinajes y jaulas con jilgueros, cenzontles y canarios; sacaban las macetas a la calle convirtiendo en estrados los frentes de las casas; barrían y regaban el empedrado…

Al filo de las once de la mañana apareció, al fondo de la calle, la vanguardia de los de a caballo. Y seguían a la berlina de su ilustrísima ocho forlones con los miembros prominentes del ayuntamiento, de la clerecía, órdenes monásticas, asociaciones religiosas e inmenso gentío.
A su paso fue vitoreado por el pueblo, en medio del toque a rebato de todas las campanas y del estallido de centenares de cohetes.
Frente a la parroquia hizo un alto el cortejo. Se apeo de la berlina su ilustrísima y para acompañarlo iban a su diestra e cura propio y a su siniestra el señor alcalde. Mas antes de penetrar al sagrado recinto quiso su ilustrísima conocer con detenimiento el tallado prodigioso del frontis.

El señor alcalde, presintiendo la no expresada admiración del ilustre visitante por la bella construcción, se animo a preguntar.
-¿Qué le ha parecido a su ilustrísima nuestra parroquia?
El prelado repuso sin disimular su entusiasmo:
-Paréceme imponente, magnífica, la mejor de la arquidiócesis…
-¡Y hecha aquí en lagos…!
Con perceptible movimiento de cabeza –tolerante, paternal-, quiso decir su ilustrísima a sus acompañantes: “parece que es cierto lo que algunos cuentan…”

viernes, 11 de mayo de 2012

LAS LLUVIAS



En tiempo de lluvias eran muy frecuentes las inundaciones en lagos, un año, por mes de agosto, el agua del rio ya cubría medio poblado y amenazaba del otro. Muy alarmados los moradores acudieron a ver a don diego para ver qué acuerdo tomaban. No se hizo esperar la reunión, en cabildo abierto, bajo la dirección del alcalde. Y como de costumbre se situó a su lado el secretario para tomar nota de los acuerdos y consignarlos en el acta correspondiente. Con mucha gravedad don diego dirigió los debates.

Alguien propuso se efectuaran rogativas en todos los templos. Otro arguyo que desde el domingo pasado se habían hecho y seguía lloviendo. Uno más hablo sobre la conveniencia de una precesión con velas y campanas consagradas. Otro hecho abajo la propuesta diciendo que como seguía lloviendo, era inútiles las velas, y el agua que seguía inundando haría imposible la procesión por todas las calles. Alguien apunto una medida racial; la construcción de un dique gigantesco que desviara al rio. Al momento salto la voz del que se sentía más ducho en ingeniería; ¿Cómo iba a ser posible esa solución si el cauce del rio era el único declive del valle?

La sesión degenero en alusiones personales: la lluvia era un castigo de dios para borrar del mapa esa pecadora villa. ¡También el compadre Timoteo vivía amancebado con la viuda de don fulano! ¡y de las moras!... ¡claro, con apariencia de hombre honrado, don tomas recibía a media noche, por la puerta del corral de su casa, las mulas cargadas de plata robada a las conductas que pasaban de zacatecas a México!

Impaciente, ante el peligro de que también aludieran a sus virtudes cardinales, don diego dio por terminada la prolongada y áspera sesión. Cuando ya algunos de los presentes iban a despedirse, el secretario pregunto a don diego:

-¿A qué acuerdo llegaron para asentarlo en el acta?
Don diego, ya molesto, iluminado, repuso cortante:
-¿Que siga lloviendo?

viernes, 4 de mayo de 2012

Panadería de pan…




La nomenclatura de las calles ha sido siempre un problema urbano, en la naciente villa don diego se propuso atacarlo. y como había confusiones lamentables sobre todo en lo referente a los nombres de las tiendas, dispuso que todos los negocios aclararan, mediante un letrero en la fachada, la especialidad de la tienda y el nombre del propietario.

El primero en obedecer fue el dueño de un cajón de lencería y miscelánea. Hizo pintar este rotulo: “la aurora de leobino Jordán. Se venden listones de todos colores y también verdes”.
En una vinatería muy visitada, en la esquina de la plaza del hueso (local que hoy ocupa “la mensajera”) se vendían, además, menudo, vísceras y guisadas menudencias para botana de los asiduos al copeo. y el letrero que mandaron poner por una calle decía “la vida”- más abajo este rotulo explicativo que no cupo en un solo muro: se venden hasta el ano, y a la vuelta, checer.

Días después don diego cito al dueño de la panadería “la espiga dorada” y le impuso una multa de cuatro reales por no acatar debidamente la disposición. Abajo del nombre del establecimiento se leía Panadería de pan. A don diego causo verdadera indignación que el propietario hiciera mofa de su autoridad. Como este alegara, que no decía de esa manera, el alcalde se traslado a la panadería. El negocio estaba ubicado en la esquina de las calles real y del panteón. Efectivamente, en la primera se leía panadería de pan y en la segunda taleon Gómez.

Querella que termino armoniosamente con el envió de don diego de una canasta de fruta de horno.